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Cada 31 de octubre, el mundo se transforma con calabazas sonrientes y disfraces espeluznantes al grito de “¡Truco o trato!”. La fiesta que hoy conocemos como Halloween tiene un origen más antiguo y sobrecogedor que cualquier historia de miedo moderna, y si buscas su historia completa, desde el festival de Samhain hasta su llegada a Norteamérica, te invitamos a leer esta entrada anterior: https://winchesterschool.es/el-origen-de-halloween/
Pero si ya conoces las raíces de la fiesta, y te atreves a explorar los orígenes de algunos de sus monstruos más conocidos: apaga las luces, saca una linterna, y prepárate para una lección de literatura, ¡de miedo!
Frankenstein, o El Moderno Prometeo, es una novela gótica del siglo XIX, y posiblemente la primera obra de ciencia ficción conocida.
Cuenta la historia de Víctor Frankenstein, un hombre que lo tenía todo: una carrera universitaria prometedora, una prometida, y una familia que le quería. Pero, en sus estudios, se obsesionó con las ciencias naturales que estudiaba, y mezcló conocimientos de alquimia y electricidad para lograr algo que nadie más se había atrevido antes. Quería crear vida.
En la penumbra de su laboratorio, Víctor unió partes de cuerpos de cadáveres y logró insuflarles vida. Pero cuando la criatura abrió los ojos, a Víctor le horrorizó su mirada monstruosa, sus proporciones grotescas, su piel amarillenta. De modo que huyó del laboratorio. Para cuando volvió al día siguiente, el monstruo había desaparecido.
Víctor continuó su vida con normalidad, pero la criatura no tuvo tal suerte. Abandonada y perdida, deambuló entre las personas inspirando miedo y rechazo por donde iba. Aprendió el idioma a escondidas, y juró venganza contra el que le había dado la vida para luego negarle su amor.
Buscando herirle, la criatura vuelve forzosamente a la vida de su creador, asesinando a su hermano menor. Víctor, pese a conocer la identidad del asesino, permite que una sirvienta de la familia cargue con la culpa del asesinato, guardando así secreto.
Tras esto, la criatura se encara con Víctor. Le narra sus desventuras con la especie humana, y admite su crimen. Advierte que solo una cosa calmará su sed de venganza: que Víctor le construya una compañera, tras lo cual ambos se exiliarían a tierras lejanas para siempre.
Su creador comienza el proyecto, pero justo antes de dar vida a una versión femenina del monstruo que ha construido, la destruye violentamente con el miedo a que ambos puedan tener descendencia. Desolado ante esta decisión la criatura en represalia mata al mejor amigo de Víctor, a su esposa (en su noche de bodas), e indirectamente también al padre de Víctor, quien muere de pena ante estas muertes.
Consumido por el dolor y el remordimiento, Víctor finalmente decide tomar responsabilidad de la criatura, y la persigue hasta los confines del mundo, dirección al Polo Norte. Un barco lo rescata cuando está a punto de desfallecer por el frío y el agotamiento, y es en el propio barco donde Víctor muere sin haber alcanzado a su monstruo.
En ese momento, la criatura sube al barco, llora la muerte de su creador, y le promete al capitán que pondrá fin a su propia existencia, desapareciendo en el paisaje ártico.
Esta novela de finales del siglo XIX tiene como protagonista al vampiro más famoso del mundo. A través de una serie de documentos, como cartas y diarios, comenzamos el relato con Jonathan: un abogado que es invitado a Transilvania por nada más ni nada menos que el conde Drácula, y así finalizar unas ventas.
En su estancia en el castillo, comienza a descubrir algunos detalles aterradores sobre su anfitrión: no se refleja en los espejos, no come en su presencia, y sólo se mueve de noche. Pronto Jonathan descubre que más que su invitado, es en realidad su prisionero, compartiendo cautiverio con tres vampiresas a las que el conde mantiene encerradas. Aún con Jonathan atrapado en su castillo, el conde pone rumbo a Inglaterra.
Mientras tanto la prometida de Jonathan, Mina, disfruta de un verano con su amiga Lucy. Su amiga comienza a ser entonces víctima de extrañas pérdidas de sangre, y algunas noches sale de su mansión hacia el cementerio cercano. Estas incursionas las hace, en realidad, bajo el control mental de Drácula, quien está en proceso de transformarla, intentando ampliar así su red de novias vampiras.
Por su lado, Jonathan finalmente consigue escalar los muros y huir del castillo, alojándose en un hospital de Budapest y recuperarse de la experiencia. Allí contacta con Mina por carta para reunirse allí, por lo que su prometida acude dejando a Lucy a solas.
Así, los pretendientes de Lucy, en búsqueda de algo que le cure, recurren a un médico que trate los síntomas de sus frecuentes pérdidas de sangre: el doctor Van Helsing. Pese a sus esfuerzos, el ritual de conversión de Lucy se completa, y ella tras su no-muerte se convierte en una vampiresa sedienta de sangre. Para evitar más víctimas, el doctor y los pretendientes se ven obligados a clavarle una estaca en el corazón, dándole así un descanso eterno.
El doctor Van Helsing y Jonathan ponen en común sus experiencias sobre las atrocidades cometidas por el conde Drácula, y ambos deciden darle caza al monstruo. Pero Drácula huye, y entra en la residencia de Mina, donde le chupa la sangre, y además le obliga a beber de la propia, uniéndoles a ambos psíquicamente de una forma retorcida.
Jonathan, Van Helsing, Mina, y los pretendientes de Lucy, marchan tras él, utilizando esta conexión sobrenatural para averiguar su paradero. En el camino, se detienen en su castillo para matar a las tres terroríficas vampiresas.
Finalmente, y tras una batalla final, derrotan al conde quien se convierte instantáneamente en polvo, rompiendo así su influencia sobre Mina e impidiendo que termine uniéndose al aquelarre del vampiro.
El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde dio pie a personajes como Hulk, y bebe de conceptos como la dualidad humana, y de criaturas que son humanas y buenas hasta que se transforman en monstruos como es el caso de los hombres lobo.
Se escribió a finales del siglo XIX. Y, aunque hoy en día la mayoría sabemos el secreto de Mr. Hyde, la historia se concibió como una novela de misterio.
Comienza a través de la narración de un abogado, quien le cuenta a un amigo cómo un hombre, Mr. Hyde, ha pisoteado a una niña de 8 años al cruzar una esquina, y que como indemnización le ha pagado a su familia 100 libras. Algo más tarde, el abogado descubre que, en el testamento del respetado Dr. Jekyll, este le deja todas sus pertenencias al autor de la anterior afrenta. El abogado, preocupado, le pregunta al doctor, pero este le tranquiliza diciendo que Hyde no le está extorsionando. Es más, le pide al abogado que cuide de él si el doctor desaparece.
El misterio se torna mortal cuando, una noche, una joven observa desde su ventana a dos hombres, uno de ellos el Sr. Hyde, y cómo mata al otro a golpes de bastón. La víctima llevaba el nombre del abogado en un sobre, para más congoja suya. La policía entró en su casa, pero solo vieron las habitaciones revueltas, como si alguien hubiera estado buscando algo.
El abogado le pregunta al Dr. Jekyll, quien le tranquiliza con la promesa de que Hyde ya no volverá a ser visto, y de hecho el supuesto asesino ha escrito una carta. El abogado compara la letra de Hyde con la letra de Jekyll, y descubre que es la misma caligrafía.
Con los días, el Dr. Jekyll se aísla en su despacho, y deja de aceptar visitas. En esto que un amigo común de ambos, Lanyon, muere y deja a nuestro abogado narrador una carta con orden de “no abrir antes de la muerte o desaparición del Dr. Jekyll”.
El abogado inicialmente respeta los deseos del difundo, pero ya no puede ignorar más la situación cuando el mayordomo del Dr. Jekyll le suplica ayuda, advirtiendo que al doctor le pasa algo. Le ha estado pidiendo con desesperación sales muy concretas, con una pureza específica. Ambos comienzan a sospechar que, quien está tras la puerta y estaba pidiendo estas sales, no es el Dr. Jekyll sino Mr. Hyde.
Entran al laboratorio por la fuerza, y efectivamente, encuentran el cuerpo de Hyde. Junto a él, un testamento que nombra al propio abogado como heredero, y una nota final: se debe leer la carta de Lanyon.
En esta carta, Lanyon revela el secreto. Por petición del Dr. Jekyll le preparó unos químicos, y fue Hyde quien se presentó a recogerlos. Lanyon fue testigo de cómo Hyde, mezclando los productos al momento, se transformó en el Dr. Jekyll.
En una confesión final, el Dr. Jekyll admite que había estado tomándose esa mezcla para dar libertad a sus impulsos más crueles a través de la figura de Mr. Hyde, tratando así de separar su lado bueno del malvado. No obstante, con el tiempo Jekyll perdería el control sobre Hyde, transformándose en él sin ingerir la pócima, involuntariamente. Al no poder conseguir más sal y, por lo tanto, sin poder replicar la pócima, Dr. Jekyll decide acabar con la vida de ambos en su desesperación por no poder contener más a Mr. Hyde.
Aunque estas historias están enmarcadas en un momento histórico concreto, y en el ámbito de la cultura angloparlante, aún hoy definen nuestros disfraces de Halloween y las historias que se cuentan alrededor del mundo. Se han convertido en representaciones de miedos primarios y advertencias morales que se adaptan a los tiempos actuales: desde el monstruo de Frankenstein que encarna el abandono, pasando por el Conde Drácula que drena la vida bajo un halo de seducción, para llegar al monstruo que viene de nuestro propio interior en el caso del Dr. Jekyll.
Al celebrar Halloween, honramos el legado de estas leyendas inmortales, mientras como sociedad seguimos cruzando los límites de la vida, la moral, y la ciencia.
Y, para ti, ¿cuál es la historia de Halloween más aterradora?
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