Viajar a un país anglófono: una experiencia fascinante a la vez que desafiante

Para un español, viajar a países anglófonos es una mezcla entre emoción y pequeñas crisis existenciales. Aunque llevemos años estudiando inglés en el cole, la realidad es que la comunicación a veces se convierte en un deporte de riesgo.

Para empezar, están los falsos amigos, esos traicioneros que nos hacen meter la pata sin darnos cuenta. Un clásico es decir «constipated» pensando que significa «constipado», cuando en realidad significa «estreñido». Así que si en Londres dices «I’m very constipated«, igual te recomiendan un laxante en vez de un ibuprofeno.

Luego tenemos la pronunciación, que nos juega malas pasadas. Podemos pedir una «beard» (barba) en vez de una «beer«, y quedarnos sin cerveza.

El acento también es una trampa mortal. En el colegio nos enseñan inglés de libro, pero cuando llegamos a Escocia o a un pub en Manchester, parece que hablan klingon. Puedes asentir con cara de «sí, sí, te entiendo», pero en realidad estás rezando para que no te pregunten nada.

Y luego está la cortesía británica (un tema en el que profundizaremos más adelante), que para un español puede ser un campo de minas. Aquí vamos al grano: si queremos otra cerveza, la pedimos sin rodeos. En cambio, en Reino Unido hay que disfrazarlo con un «Sorry, could I possibly have another pint, please?» porque si sueltas un «Give me a beer«, te miran como si hubieras cometido un crimen.

Eso sí, todos estos malentendidos acaban siendo parte de la experiencia. Después de un par de meteduras de pata, aprendes a reírte de ti mismo y a disfrutar del viaje. Sin embargo, a continuación os hablaremos de las barreras culturales existentes en diversos países anglófonos y os daremos una serie de recomendaciones y de información relevante a la hora viajar a ellos para que podáis evitar este tipo de malentendidos.

Barreras culturales en los diversos países anglófonos

Reino Unido

Viajar al Reino Unido desde España es toda una aventura, no solo por el clima (que ya sabemos que lo del sol es un lujo allí), sino por las diferencias culturales que pueden pillarnos por sorpresa y hacernos sentir como si estuviéramos en un universo paralelo. Aquí van algunas de las más chocantes:

El tema del espacio personal

En España estamos acostumbrados a saludarnos con dos besos (o al menos un apretón de manos con energía). En Reino Unido, si te acercas demasiado a alguien de buenas a primeras, puedes ver el pánico en sus ojos. Un simple «hello» y un leve asentimiento suelen ser suficientes para saludar sin invadir la zona de confort ajena.

El sagrado «Sorry«

Los británicos se disculpan por todo. Si te tropiezas con alguien, te pedirán perdón ellos. Si les pisas sin querer, te pedirán perdón también. En España, usamos «perdón» cuando es necesario, pero en Reino Unido el «sorry» es prácticamente un tic verbal. Al principio puede parecer gracioso, pero si no te acostumbras a soltarlo constantemente, puedes parecer un poco brusco.

El arte de la conversación indirecta

Los españoles vamos al grano. Si algo no nos gusta, lo decimos sin rodeos. Los británicos, en cambio, son expertos en la diplomacia verbal. Si te dicen «That’s interesting«, probablemente no les interesa en absoluto. Y si escuchas un «Not too bad«, puede significar cualquier cosa, desde «bien» hasta «he tenido un día horrible pero no quiero hablar de ello».

Las colas son sagradas

En España, las colas a veces son un poco… flexibles (un «yo solo voy a preguntar» puede ser la excusa perfecta para colarse). En Reino Unido, saltarse una fila es una ofensa casi tan grave como insultar a la reina. Si hay una cola, te pones al final y esperas sin quejarte. Y si intentas colarte, prepárate para recibir miradas fulminantes.


El tema del clima (y cómo hablar de él)

En España, comentamos el tiempo si hace un calor de justicia o un frío polar. En Reino Unido, el tiempo es el tema de conversación por excelencia. Da igual que haga sol, llueva o haya un huracán, siempre hay que mencionarlo. Si no sabes de qué hablar con un británico, un simple «Lovely weather today, isn’t it?» (aunque esté diluviando) nunca falla.

Las horas de las comidas (o la falta de ellas)

Aquí viene uno de los mayores choques. En España, la comida es sagrada y seguimos horarios bastante flexibles. En Reino Unido, el almuerzo puede ser un simple sándwich comido frente al ordenador a las 12:00, y la cena se sirve a horas que para nosotros son prácticamente la merienda. Si a las 21:30 intentas buscar un restaurante abierto, es posible que solo encuentres un McDonald’s o un kebab.

Los pubs y sus reglas no escritas

Los pubs británicos son una institución, pero funcionan diferente a los bares españoles. Aquí no hay camareros que te atiendan en la mesa; tienes que pedir y pagar en la barra. Además, el concepto de «ronda» es casi obligatorio: si alguien compra una ronda, luego te toca a ti. Y si intentas llamar al camarero con un «¡Oye, perdona!», prepárate para que te ignoren hasta el fin de los tiempos.

El humor británico (y cómo entenderlo sin morir en el intento)

El sarcasmo y la ironía son parte fundamental del humor británico. Si alguien dice algo que parece un cumplido pero notas una sonrisa extraña, probablemente te están tomando el pelo de la manera más educada posible. También tienen un talento especial para reírse de sí mismos, algo que a veces nos cuesta más a los españoles.

En resumen, viajar a Reino Unido desde España no solo es cambiar de país, sino adaptarse a un código social completamente diferente. Pero una vez que le coges el truco al «sorry«, las colas y las cenas tempranas, la experiencia se vuelve mucho más divertida… ¡y llena de anécdotas para contar!

Estados Unidos

Viajar a Estados Unidos desde España también puede suponer un gran impacto. Aunque el inglés ya lo traemos más o menos aprendido (o eso creemos), las diferencias culturales pueden pillarnos por sorpresa y hacernos sentir como en una película… pero sin subtítulos. Aquí van algunos choques culturales a los que cualquier español puede enfrentarse al pisar tierras americanas:

El entusiasmo desbordante (o la amabilidad extrema)

En España somos más de humor irónico y respuestas secas, pero en EEUU la gente puede parecer excesivamente amable. Un simple «Hi, how are you?» no es una invitación a contarles tu vida, solo un saludo. Y no te sorprendas si un desconocido te dice «I love your shoes!» en el supermercado. No esperan que les digas que los compraste rebajados en El Corte Inglés, solo sonríe y di «Thanks!«.

Las propinas son obligatorias

En España, si el servicio ha sido excelente, puedes dejar algo de propina, pero no es obligatorio. En EE. UU., es casi un delito no dejar entre un 15-20% del total en restaurantes, bares o incluso taxis. Los camareros dependen de ellas para su sueldo, así que si te olvidas, es posible que te miren con odio eterno.

El tamaño de todo (y la obsesión con el hielo)

En EEUU todo es gigante: las carreteras, los coches, los supermercados… y las raciones de comida. Pides un refresco pequeño y te dan un cubo de litro y medio. Y el hielo… ¡le ponen hielo a todo! En España estamos acostumbrados a servir las bebidas a temperatura normal, pero allí el vaso llega tan lleno de hielo que casi necesitas una excavadora para encontrar el líquido.

Los horarios de las comidas (y la falta de sobremesa)

Si en Reino Unido los horarios ya nos parecían raros, en EEUU es otro nivel. Almuerzan a las 12:00 y cenan a las 18:00-19:00. Y olvídate de una buena sobremesa: en cuanto terminas de comer, te traen la cuenta sin que la pidas. En España, quedamos a cenar y estamos tres horas de tertulia. En EEUU, comes, pagas y te vas.

Las reglas estrictas y el «follow the rules«

Los estadounidenses se toman las normas muy en serio. Si un semáforo está en rojo, nadie cruza, aunque no venga un solo coche en kilómetros. En España, si vemos que no hay peligro, cruzamos. Allí, no. Si lo haces, hasta te pueden mirar con cara de «delincuente».

La privacidad y el contacto físico

En España somos de dar dos besos, tocarnos el brazo cuando hablamos y mantener poca distancia personal. En EEUU, dar dos besos a alguien que acabas de conocer es un sacrilegio. El saludo estándar es un apretón de manos (o un abrazo si hay confianza). Y cuidado con invadir demasiado su espacio personal, porque pueden sentirse incómodos.

El patriotismo (nivel extremo)

Estamos acostumbrados a ver banderas de España en eventos deportivos, pero en EEUU la bandera está en todas partes: en casas, camisetas, coches… Incluso en los colegios empiezan el día con el Pledge of Allegiance (un juramento a la bandera). Para los españoles, que solemos ser más relajados con estos temas, puede sorprender tanto fervor patriótico en la vida cotidiana.

El «small talk» y la facilidad para hacer amigos (pero no siempre profundizar)

Los estadounidenses son expertos en el small talk, esas conversaciones triviales sobre el clima, el tráfico o lo que sea, incluso con desconocidos. En España, si hablas con alguien en el ascensor, suele ser para quejarte del calor. Allí, pueden preguntarte por tu día con una sonrisa enorme… pero eso no significa que quieran ser tus amigos. Es solo cortesía.

El sistema de medidas (y su lógica inexistente)

En España usamos el sistema métrico, pero en EEUU todo va en millas, pies, pulgadas, libras y onzas. Intentar calcular cuánto es una temperatura en grados Fahrenheit o cuánto es un galón en litros puede ser un dolor de cabeza constante. Y ni hablemos de las llaves inglesas con medidas en fracciones…

Los baños públicos con huecos en las puertas (¿por qué, EEUU, por qué?)

Si alguna vez entras a un baño público en EEUU, lo primero que notarás es que las puertas tienen un hueco en la parte inferior y en los laterales. Para un español, acostumbrado a baños más privados, esto es un auténtico choque cultural. ¿Por qué dejar ese espacio para que cualquiera pueda verte? Es un misterio sin resolver.


El coche es una herramienta imprescindible

En España, sobre todo en ciudades grandes, estamos acostumbrados a caminar o usar el transporte público. En EEUU, en muchas zonas es casi imposible moverse sin coche. Hay ciudades con aceras inexistentes y distancias tan enormes que ir a pie es una locura.

El sistema de precios (y el engaño de los impuestos)

Vas a comprar algo que cuesta $9.99, sacas un billete de 10 y… sorpresa, no es suficiente. En EEUU, los precios que ves en la etiqueta no incluyen impuestos, así que cuando llegas a la caja, te llevas la sorpresa de que cuesta más. Para los españoles, acostumbrados a que el precio sea el final, esto puede ser un fastidio constante.

Las armas y la cultura de la seguridad

En España, ver a alguien con un arma fuera de un entorno policial o militar es rarísimo. En EEUU, en ciertos estados, es normal ver tiendas de armas como quien ve una panadería. También la cultura de la seguridad es diferente: en los colegios hacen simulacros de tiroteos (lockdown drills), algo impensable en España.
Conclusión: Una aventura llena de anécdotas

En definitiva, viajar a EEUU es fascinante, pero al principio puede sentirse como un mundo paralelo donde todo es más grande, más rápido y más intenso. Pero una vez que te acostumbras a sus costumbres (y a las propinas), puedes disfrutar de la experiencia sin volverte loco. Eso sí, cuando vuelvas a España y cenes a las 22:00 sin que nadie te mire raro, lo vas a agradecer.

Australia

Viajar a Australia desde España es toda una experiencia, no solo porque está literalmente en la otra punta del mundo, sino porque su cultura tiene peculiaridades que pueden sorprender (o confundir) a cualquier español. Aquí van algunas de las diferencias culturales más llamativas que pueden pillarnos desprevenidos:

El inglés australiano (o cómo aprender otro idioma sin querer)

Si pensabas que el inglés británico y el americano ya eran difíciles, prepárate para el australiano. No solo tienen un acento muy particular, sino que además acortan palabras como si les pagaran por sílaba ahorrada.
• Breakfast → Brekkie
• Sunglasses → Sunnies
• Barbecue → Barbie
• McDonald’s → Macca’s
Al principio, parece que están hablando en código, pero con el tiempo te acostumbras… más o menos.

El clima no siempre es lo que espera

Cuando piensas en Australia, imaginas playas paradisíacas y sol eterno. Pero cuidado: el clima varía mucho. En Melbourne puedes experimentar las «cuatro estaciones en un día», en el norte hay un calor sofocante con humedad extrema, y en invierno hace más frío del que imaginabas. Eso sí, el sol en Australia es más agresivo que en España, así que el protector solar es obligatorio (la capa de ozono allí es más fina).

Los animales… y su fama (justificada en parte)

Es cierto que Australia tiene algunas de las criaturas más peligrosas del planeta: serpientes venenosas, arañas gigantes, medusas letales, cocodrilos… Pero no es que te los vayas a encontrar en cada esquina. Lo que sí es cierto es que los canguros pueden ser más agresivos de lo que parecen y que los loros y cacatúas son el equivalente australiano a las palomas (pero con más personalidad y volumen).
Eso sí, los drop bears (koalas carnívoros que atacan desde los árboles)… son un mito para asustar a los turistas. No caigas en la broma.

El café es casi una religión

Si en España estamos obsesionados con el café solo o con leche, en Australia tienen toda una cultura del café artesanal. No esperes encontrarte un café aguado estilo americano; aquí los flat whites y los long blacks dominan. Y si pides un café con leche normal, es posible que te miren raro.

Los horarios (y el «todo cierra temprano»)

Si en EEUU nos quejábamos de que cenan pronto, en Australia es otro nivel. La cena puede ser a las 18:00, y a las 21:00 muchos restaurantes ya han cerrado la cocina. Además, las tiendas cierran bastante temprano, así que olvídate de ir de compras a las 21:00 como harías en España.
Lo bueno es que la gente madruga mucho, y los desayunos (o brekkies) son todo un evento social.

El concepto de «mateship» (o la camaradería australiana)

Los australianos tienen una mentalidad muy relajada y amigable. El concepto de mateship es muy fuerte: todo el mundo es un mate (colega), y la jerarquía social se nota menos que en otros países. No es raro ver a un jefe y un empleado charlando como si fueran amigos de toda la vida.
Eso sí, si un australiano te llama «legend» (leyenda), es que realmente le has caído bien.

Las distancias son enormes

En España, un viaje de cuatro horas en coche nos parece un mundo. En Australia, cuatro horas pueden no sacarte ni de la misma región. Todo está lejos. Las ciudades están muy separadas entre sí, y si planeas un road trip, prepárate para conducir durante horas y horas sin ver más que carreteras y paisajes espectaculares.
Por cierto, si conduces fuera de las ciudades, ten cuidado con los canguros en la carretera. No es broma.

El «no worries» como filosofía de vida
En España, nos gusta quejarnos un poco de todo (el tiempo, la política, el tráfico…), pero en Australia el «no worries, mate» (sin preocupaciones, colega) es prácticamente un estilo de vida. Todo se afronta con calma, y la gente no se estresa demasiado. Si te pasa algo malo, lo más probable es que te digan un «She’ll be right» (ya se arreglará).
Eso sí, no confundas esta actitud relajada con falta de profesionalidad. Los australianos trabajan muy bien, pero sin dramas innecesarios.

El humor australiano (y su amor por meterse contigo)

El humor australiano es sarcástico y directo. Si un australiano se burla de ti (con cariño), probablemente es porque le caes bien. La ironía es clave en su forma de bromear, y si te ofendes fácilmente, lo vas a pasar mal.
También les encanta poner apodos a todo el mundo. Si te llaman «Spaniard«, «José» aunque no te llames así, o te ponen un apodo absurdo, es que te han aceptado en su grupo.

Los enchufes son diferentes (y las duchas tienen dos grifos)

Sí, en Australia los enchufes tienen una forma extraña (necesitarás adaptador). Pero lo más raro son las duchas: muchas tienen dos grifos separados, uno para el agua caliente y otro para la fría. Así que si no tienes cuidado, puedes acabar quemándote o congelándote hasta que encuentres el punto exacto.

Los deportes que solo entienden ellos

Si en España el fútbol es el rey, en Australia la gente está obsesionada con deportes que nos suenan a chino:
• Aussie Rules Football (un híbrido entre rugby y fútbol que solo entienden ellos)
• Cricket (un partido puede durar ¡cinco días!)
• Rugby League y Rugby Union (sí, hay dos versiones y los aficionados de cada una te dirán que la suya es la mejor)
Si quieres integrarte, aprende al menos lo básico del Aussie Rules y finge que te interesa el State of Origin (la gran competición de rugby entre estados).

Para resumir, Australia, un país raro pero maravilloso y viajar a Australia desde España es un choque cultural en muchos sentidos: desde el acento hasta los horarios y las costumbres relajadas. Pero si te adaptas, es un país increíble con gente amable, paisajes de otro mundo y una calidad de vida envidiable.
Eso sí, si te invitan a una barbacoa (barbie), lleva algo de comida o cerveza… y jamás critiques la Vegemite en público.

Frases clave para sobrevivir en inglés

Por último, nos gustaría ofreceros una lista con las frases más relevantes para hacerte entender en estos países. Como podrás ver, no necesitas ser Shakespeare para hacerte entender. Con estas frases básicas, te desenvolverás sin problemas


En el aeropuerto y transporte:

  • «Where is the baggage claim?» (¿Dónde está la zona de equipaje?)
  • «How do I get to downtown?» (¿Cómo llego al centro?)
  • «One ticket to [destination], please.» (Un billete para [destino], por favor.)

 

En el hotel

  • «I have a reservation under [your name].» (Tengo una reserva a nombre de [tu nombre].)
  • «Can I have an extra towel, please?» (¿Me puede dar una toalla extra, por favor?)
  • «What time is check-out?» (¿A qué hora es el check-out?)

 

En restaurantes y cafeterías

  • «I’d like to order [dish/drink].» (Quisiera pedir [platillo/bebida].)
  • «Can I have the bill, please?» (¿Me puede traer la cuenta, por favor?)
  • «Do you have vegetarian options?» (¿Tienen opciones vegetarianas?)
    Preguntas y emergencias
  • «Where is the nearest pharmacy?» (¿Dónde está la farmacia más cercana?)
  • «I need help!» (¡Necesito ayuda!)
  • «Can you call a taxi for me?» (¿Puede llamar un taxi para mí?)

Consejos culturales generales para no meter la pata

Aprender frases es útil, pero conocer algunas normas culturales puede salvarte de situaciones incómodas:

  • Saludar es clave: Un «Hi!» o «Hello!» con una sonrisa abre muchas puertas.
  • No temas preguntar: En países anglófonos, es normal pedir indicaciones o ayuda. Un simple «Excuse me» antes de una pregunta muestra cortesía.
  • Propinas: En EEUU, dejar propina (entre un 15% y 20%) es casi obligatorio en restaurantes.
  • Espacio personal: La gente valora su espacio personal. No te acerques demasiado al hablar.
  • Humor y modales: El sarcasmo es común en países como Reino Unido. También, un «please» y «thank you» siempre caen bien.

 

En definitiva, viajar a un país anglófono puede resultar desafiante en ciertos aspectos. Sin embargo, aplicando estas recomendaciones everything should go smoothly y, en caso de que no sea así, siempre nos quedarán divertidas anécdotas que contar.